Aunque parezca mentira, los chats es algo que lleva entre nosotros desde que comenzó a llegar internet a nuestros hogares. Por supuesto, eran mucho más sencillos, pero permitían la comunicación entre personas de diferentes partes del mundo. Es más, el chat en sus inicios era uno de los principales atractivos de internet, de aquí que fuesen tan importantes. Para hacernos a la idea, eran casi tan importantes como WhatsApp a día de hoy. En los primeros años de internet, esto era un gran logro, de aquí que la gente que tenía la suerte de poder tener internet en casa usase mucho el chat. Es más, muchas personas acudían a los ciber para chatear, lo que demuestra lo importante que eran los chats en aquella época.
El chat en el nuevo siglo
Gracias a la importancia que tenía el chat en la vida de las personas, poco a poco fue evolucionando.
En el año 2000 más o menos, el chat conocido como MSN Messenger fue el gran protagonista y todo el mundo quería tener su cuenta para poderse comunicar con los demás. Recordando que en esos años tener internet en casa era cada vez más común, por lo que buena parte de los hogares ya lo tenían, a pesar de que las conexiones en algunos casos todavía eran bastante lentas.
El programa de mensajería instantánea fue el gran protagonista durante muchos años. Aunque en el año 2007 el programa cambio de nombre y pasó a conocerse como Windows Live Messenger. A partir de ese momento el programa comenzó a perder popularidad. Todo esto hizo que el programa dejase de existir y el protagonismo lo cogiese Skype. Programa que permitía chatear y comunicarse por videollamada desde cualquier parte del mundo. Esto era posible gracias a que las conexiones comenzaban a ser más potentes.
Por supuesto, durante este periodo de tiempo, las salas de chat seguían siendo populares, recordando que una de las más conocidas era Terra, aunque por este periodo de tiempo apenas tenía importancia frente a otras opciones. Estas salas de chat destacaban por concentrar a una gran cantidad de gente. No solo se usaban para hablar y pasar un rato entretenido, sino que en muchas ocasiones se usaban para ligar, al más puro estilo de Tinder, pero con muchas menos posibilidades, claro está.
Como bien sabes, todo esto ha ido evolucionando a lo largo del tiempo para adaptarse a las nuevas necesidades de los usuarios y ofrecer más extras gracias a que las tecnologías se han desarrollado rápidamente. En los últimos años hemos visto como las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales han cubierto el espacio de los chats.
Si nos centramos en las redes sociales, podemos ver como la gran triunfadora ha sido Facebook, la cual ofrecía un gran chat para que sus usuarios se pudiesen comunicar fácilmente. Pero también hay otras redes sociales que han tenido éxito en sus diferentes campos como Twitter o por ejemplo Instagram, la cual no solo nos permite subir fotos a la nube, sino que también nos permite chatear con los amigos de una manera muy sencilla.
Pero si hay algo que ha cubierto el hueco que han dejado los chats son las aplicaciones de mensajería instantáneo. No solo nos permiten comunicarnos en tiempo real con todos nuestros contactos, sino que también nos permiten ahorrarnos el coste de los SMS, de aquí que sea un gran ahorro para todos. Por supuesto, estas aplicaciones destacan por ser totalmente gratuitas. La más conocida es WhatsApp, pero hay muchas otras como Telegram, la cual sigue luchando por ser una de las más usadas. La ventaja de estas aplicaciones es que no tienen límites y son totalmente gratuitas. A esto hay que añadir que no solo se puede chatear, sino que se pueden compartir fotos, vídeos o incluso archivos, de aquí que sean mucho más completas. Por supuesto, se pueden usar con la gran mayoría de móviles y en ocasiones están quitando protagonismo a las llamadas tradicionales.
Como puedes ver, los chats han disfrutado de una evolución realmente larga, la cual seguro que no se quedará aquí. Y es que aunque ahora nos parezca que WhatsApp es lo mejor y no puede haber nada superior, seguro que en unos años quedará relegado por algo superior que le quite protagonismo. Siempre ha pasado y seguro que seguirá pasando.