Todos tenemos objetivos. Todos tenemos sueños que cumplir, y todos tenemos ganas de hacerlo. Lo que no tenemos todos, no obstante, es un plan. Es muy fácil soñar y tener claro qué es lo que queremos alcanzar en la vida, pero no resulta tan fácil trazar una ruta desde donde estamos hasta donde queremos llegar que nos guíe por el mapa que es la vida y nuestras circunstancias, porque un objetivo solo se alcanza dando pasos, pero esos pasos tienen que estar bien pensados. Si deambulamos sin rumbo limitándonos a soñar con nuestros objetivos rara vez los llegaremos a rozar siquiera, y es por eso que resulta muy importante diseñar un plan de acción hecho a nuestra medida. ¿No sabes lo que es un plan de acción? Te lo explico enseguida.
Pongamos que tienes un objetivo. Imaginar que quieres publicar un libro. Tu objetivo es la publicación de ese libro, pero está claro que ‘publicar un libro’ no es tu plan. Tu plan debe incluir todos los pasos previos: investigación, estructura de capítulos, redacción del libro, ponerse en contacto con una editorial… Un plan de acción implica reunir en un único documento todos los pasos que debes seguir y el tiempo que debes tardar en tomarlos, permitiéndote así organizar mejor tu tiempo, sacándole el máximo provecho y teniendo una ruta marcada que te ayude a ver tu objetivo con mucha mayor claridad, y es que si miramos en la dirección que toca, a lo lejos, podremos ver cómo resplandece nuestro sueño, pero si no sabemos a dónde mirar raro será que lo encontremos.
Si tienes un objetivo claro, pero llevas tiempo algo perdido a la hora de poner rumbo hacia él, voy a darte algunos consejos básicos para que puedas redactar un plan de acción a tu medida. Contar con un plan de acción te ayudará a alcanzar tus objetivos más rápidos porque te mejorará tu productividad y tu manera de optimizar tu tiempo, ya que no volverás a andar perdido dando pasos sin rumbo por no conocer la dirección adecuada.
Cómo crear un plan de acción y alcanzar nuestros objetivos
Un plan de acción necesita la máxima precisión posible. Por ejemplo, cogiendo el ejemplo de antes, tu objetivo no debería ser sencillamente ‘ser escritor’, porque los caminos para llegar hasta ahí son múltiples y es probable que, cuando llegues, no sea lo que esperabas. Es mejor que concretes qué tipo de escritor quieres ser, qué tipo de libros quieres escribir, o si tu objetivo es publicar o que te lea determinado número de personas. Cuanto más concretes tus objetivos, más fácil te resultará marcar los diferentes pasos que debes seguir, porque si tienes un objetivo abstracto no habrá mapa que te valga para guiarte hasta él. Cuando especificas tu objetivo, puedes comenzar a especificar el resto de pasos, que no dejan de ser objetivos diarios para ir acercándote poco a poco a aquello que quieres alcanzar finalmente.
Tal y como nos dicen desde emiliovalcarcel.com, donde encontramos al mayor experto en esta materia de nuestro país, el plan de acción que definas va a ser tu hoja de ruta. Los pasos tienen que estar bien definidos. Siguiendo con el mismo ejemplo, si has conseguido determinar por completo tu objetivo final, tal vez quieres convertirte en un escritor de novela histórica, con un libro de al menos quinientas páginas, que publique su primera novela en tres años. Si es así, y ya tienes una historia en mente, tienes que empezar a investigar: especifica los libros que debes leer para obtener la información que necesitas para crear un relato coherente, dedica ciertos días a la creación de personas, otros ciertos días a la estructura de los capítulos, etc.
Una vez has especificado las tareas que debes realizar para alcanzar tu objetivo, lo que tienes que hacer es ponerte manos a la obra. Crea un calendario y un horario concreto para poder cumplir con tus objetivos diarios sin, por ello, descuidar tus otras responsabilidades. Cumple los plazos que te propongas, motívate a través del plan de acción y con pequeñas recompensas, y cada cierto tiempo evalúa tu progreso y los resultados que estás obteniendo. Si antes del plan de acción tenías el sueño en mente, pero no te atrevías a escribir, cuando comiences a seguir el plan comenzarás a definir mejor la historia, los personajes, y acabarás dándote cuenta de que tu historia va cobrando sentido y coherencia.
Diseñar un plan de acción no es complicado, lo complicado, en todo caso, es seguir los pasos marcados por ti mismo con constancia. No obstante, la creación de un plan de acción es el primer paso para empezar a caminar en la dirección correcta, en lugar de seguir dando vueltas sin saber bien en qué dirección apuntar el catalejo para encontrar tu objetivo.